lunes, 9 de abril de 2012

Sex and the cellular

Siempre he sido una fan de los bolsos grandes, yo creo que es por culpa de los 90. ¿Os acordáis de los móviles? Dios, eran como un ladrillo y pesaban lo mismo. Eso, sin duda, marcó mi predilección por los bolsos de generosas dimensiones, y, es que, cualquier chica que se precie, debe llevar de casi todo en su bolso (conozco a algunas que podrían montar una farmacia, una droguería y otras cosas que no vienen a cuento…) y con aquellos aparatos la capacidad de nuestros inseparables amigos se veía considerablemente mermada. También recuerdo a aquellos que se negaban (que poco les duró) a llevar móvil, que si siempre estás localizao, que si pa qué lo quieres, que si, que si…, que sí, que se lo acabaron comprando. Ya todo el mundo tiene móvil. No hace mucho leí que España era uno de los países con más móviles por habitante. No sé si eso es un ratio indicador del nivel de progreso (noooooo!) o más bien fruto de los cambios de compañía para pillar terminal por la face (por cierto eso ya se ha acabao, ooooooh). El caso, es que ya no podemos salir de casa sin él. Nos falta algo, creemos que lo vamos a necesitar de forma imperiosa, que vamos a recibir la llamada de nuestra vida…, somos adictos al móvil? Uy, esta última frase me recuerda a la petarda de la Carrie en sexo en Nueva York, siempre con sus preguntitas coñazo y sus reflexiones filosóficas de todo a cien, de moderna y liberada que, en realidad, sólo piensa en encontrar un marido como culminación de su estado femenino.  ¿ Será el móvil y sus onditas maléficas ( http://www.elmundo.es/elmundosalud/2008/06/02/saludpublica/1212395551.html ) que me están trastornando ?

No hay comentarios:

Publicar un comentario